4/3/09

La Teta que asusta

Por: Héctor Huerto Vizcarra
Kaymi alpay, kaymi markay. Esta es mi tierra, este es mi pueblo. (1)
El principal problema que suelo tener al comentar una obra artística, sobre todo si enfatizo mis críticas en el contexto que describe, es que se me acusa de no tomar en cuenta que la obra es una ficción. Sin embargo, coincido plenamente con ello, toda obra es una recreación de una “realidad”, que no necesariamente es de este mundo, puede ser “real” tan sólo en la mente de su autor. Incluso si la obra busca ser una representación de su sociedad circundante, el autor puede tomarse ciertas licencias creativas, como es el caso de la solución poco práctica de Fausta de introducirse una papa en su vagina. En especial porque, en el fondo, lo que conocemos como “realidad” siempre es una interpretación, ajena o propia, aunque nos duela admitirlo. 
Me gusta pensar que esas licencias creativas sirven para resaltar ciertos rasgos de esa “realidad” que se describe y que tienen que ver con el transfondo de la obra. En la Teta asustada de la peruana Claudia Llosa se hace explícita la intención de describir esa “realidad” circundante que conocemos como el Perú. Esta intencionalidad es indiscutible cuando se le escucha a la propia Directora. Ella afirmó que para lograr ello se hizo necesaria una investigación profunda y una cercanía con el mundo andino que recrea en su película. 
Sin embargo, en la película nos encontramos con personajes poco profundos, estereotipados, y con licencias creativas que se confunden con algunas recreaciones controversiales de nuestra “realidad”, porque carecen de sentido práctico dentro de la trama. Un ejemplo de ello es cuando convierten en una piscina lo que en un primer momento iba a ser la tumba de la madre de Fausta. ¿Qué significado o utilidad en la trama tiene aquello? ¿La victoria de la vida sobre la muerte? Además, de donde saca tanta agua el tío de Fausta para llenar una piscina si se encuentran viviendo en un pueblo joven, donde abundan las casas con esteras, y donde posiblemente no haya agua y desague. Por otro lado, los estereotipos saltan a primera vista. La vieja (rubia) adinerada que usufructua el talento de la pobre y desvalida Fausta, quechuahablante y a la vez supersticiosa. Evidentemente, Fausta no es la representación del migrante, sino más bien del campesino de un poblado remoto y prístino. Además, tampoco faltó la casa colonial y fastuosa donde la mujer adinerada vive, que es atendida por una ama de llaves de piel negra. Y para enfatizar ese ambiente aristocratizante, a la Directora no se le ocurrió nada mejor que colocar una escena en donde a Fausta la revisan como si estuvieran comprando un caballo en una feria.
Mientras tanto, la fuerza dramática de lo que implica una violación dentro de nuestro conflictivo pasado se diluye. El transfondo de la película, que resulta ser la boda de su prima Máxima, cobra notoriedad gracias a ese ambiente bucólico y festivo, donde repite lo mismo que hizo en Madeinusa. (2) Su fórmula del éxito consiste en formar un conjunto de acontecimientos pintorescos, medianamente creíbles para las clases cultas de los países europeos, que no hacen más que evidenciar su propio desconocimiento sobre la realidad que pretende recrear. Esta ignorancia suya fue ampliamente desarrollada en la conferencia de prensa que dió en Berlín, durante el festival. En ella, señaló que los matrimonios masivos constituían una costumbre popular nuestra, cuando en realidad son una salida política, por parte del Estado, para facilitar que los ciudadanos de pocos recursos económicos legalicen su situación civil. Tampoco explicó el por qué había una yunsa en medio de la celebración de la boda de Máxima cuando no se acostumbra en tales eventos. Afirmó también que el quechua es hablado por el 70% o el 80% de la población peruana, cuando según una nota publicada en El Comercio, en el Perú tan sólo tenemos alrededor de 4 millones y medio de quechuahablantes. (3) Asimismo, cuando intentaba explayarse sobre el culto andino a los muertos, señaló muy oronda que mallqui significaba en quechua momia, cuando según César Itier esta es una palabra quechua que significa “planta”, la cual haría referencia a los ancestros de los pobladores que fueron “plantados” en un respectivo territorio, ya que eran mitimaes.
No obstante, no creo que La Teta asustada sea parte de una estrategia mediática de los blancos racistas del Perú, como selañó Peruanista, quien dicho sea de paso, si fuera cineasta, haría una película igual de estereotipada que ésta. No se trata de ningún complot sino del talento de Claudia Llosa en relaciones públicas, que obviamenteo no voy a escatimarle elogios, porque lo que ella vende es cebo de culebra. Esto no desmerece que haya sido galardonada, que admito hizo vibrar mi alma nacionalista, pero me obliga a preguntarme, por qué razones una pelicula como esta, sin una trama coherente y sin actuaciones destacables, ha podido ganar un certámen como aquel. La respuesta, evidentemente, sólo la tiene el jurado.
Notas:
1. Oración quechua encontrada en los documentos de los Procesos y Visitas de Idolatrías de Cajatambo, p.342. Traducción de César Itier.  
2. Claudia Llosa durante una entrevista en la Televisión Española admitió que se inventó casi toda la festividad que se desarrolló en la trama de Madeinusa. La foto que precede el artículo es de esa entrevista.
3. Mayra Castillo. “En el nombre del quechua” en: El Comercio, 31 de marzo el 2007. La cifra posiblemente sea mayor dadas las reticencias de algunas personas en admitir que hablan quechua. También dijo que cada vez más habían más colegios que enseñaban quechua.

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